¿No sabes qué caldera doméstica comprar para tu hogar? La verdad es que elegir entre los tipos de calderas domésticas del mercado no es nada fácil, por ello en el siguiente artículo te explicaremos los diferentes tipos de calderas domésticas que podrás encontrar para tu casa.
Las calderas domésticas son dispositivos que se utilizan para la calefacción y producción de agua caliente en viviendas familiares, edificios residenciales y pequeñas instalaciones comerciales.
Se han convertido en un elemento imprescindible en los hogares para garantizar el confort y bienestar en espacios interiores, especialmente en climas fríos.
La mayoría de tipos de calderas presentan un funcionamiento similar. En su interior se encuentra el quemador situado en una zona específica, junto con el quemador aparece una tubería interior de agua que está conectada al quemador y se encarga de trasladar la calefacción al resto de la vivienda.
El funcionamiento sería el siguiente: el quemador produce calor, por tanto, la tubería conectada se calienta y hace que el agua también se caliente y se produce un intercambio de calor, este mismo agua fluye hasta intercambiador formado por dos circuitos. Estos circuitos dividen el agua en agua para uso sanitario como una ducha, por ejemplo, y en agua para calefacción.
A continuación, veremos los tipos de calderas que existen actualmente según el tipo de combustible que necesitan y su sistema.
Las calderas eléctricas se han convertido en unas de las más solicitadas en los últimos años, gracias principalmente a su alta eficiencia energética.
Además, este tipo de calderas funcionan sin necesidad de combustible, esto hace que sea una opción limpia y fácil de instalar. Al no funcionar con combustible fósil, no se produce la combustión, por tanto, se convierte en una opción más segura. Estas calderas se conectan directamente al sistema eléctrico de la vivienda, siendo su instalación fácil y asequible.
Por contra, presenta algunos aspectos negativos. En primer lugar, si hubiese escasez de energía, es posible que te quedes sin calefacción y agua caliente. El segundo aspecto negativo es su coste, que suele ser más elevado que el resto de calderas.
Las calderas de gas natural siguen siendo unas de las calderas más utilizadas. Para su funcionamiento utilizan gas natural o propano como combustible.
Esta opción se ha convertido muy popular en áreas con acceso a la red de gas, ya que es eficiente, económica y puede proporcionar calor de forma constante.
En comparación con otros combustibles, este presenta un menor impacto ambiental y su rendimiento energético es bueno, aunque es necesario que se revise de forma periódica para controlar cualquier fuga o mal funcionamiento.
Este tipo de calderas, al contrario, se utiliza en aquellas zonas donde no hay una conexión estable de gas ni de electricidad. Destacan por su fácil mantenimiento y su capacidad de calentar de forma rápida.
Sin embargo, para poder tener una caldera de gasoil es necesario tener un gran espacio donde se pueda almacenar el combustible.
Otra problemática es el impacto medioambiental negativo que producen estas calderas.
Las calderas de biomasa queman combustible orgánico, como pueden ser pellets de madera o restos agrícolas, para su funcionamiento. Es una de las opciones más ecológicas de todas, ya que utiliza fuentes renovables de energía y la emisión de carbono con respecto a los combustibles fósiles es menor.
Estas calderas son la opción ideal para aquellos que buscan una alternativa amigable con el medio ambiente.
Las calderas de condensación aprovechan el calor del vapor de agua producido durante la combustión para aumentar su eficiencia, esto permite que se caliente el agua con menos energía.
Esta opción también es más ecológica que otros tipos de calderas convencionales, ya que el consumo de combustible es reducido y a la vez las emisiones de gases contaminantes.
Actualmente, las calderas atmosféricas se encuentran prohibidas en distintos países del mundo debido a sus altos riesgos. Su funcionamiento se basa en una cámara de combustión abierta y toma el aire necesario directamente del ambiente en el que se encuentra instalada. Estos gases que se producen se expulsan por una chimenea natural.
Cada vez se encuentran más en desuso debido a su poca eficiencia y la prohibición en varios países por su alto riesgo.
Una caldera estanca es un tipo de caldera en la que la combustión se realiza en una cámara completamente sellada, aislada del ambiente interior. Toma el aire del exterior y expulsa los gases de combustión al exterior a través de un sistema de conductos.
Destaca por su seguridad y eficiencia energética, ya que evita la fuga de gases y no consume oxígeno del interior de la vivienda.
Esperamos que os haya servido de ayuda el artículo, ante cualquier duda estaremos encantados de solventárosla.
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